El domingo 9 de octubre la Sociedad Mexicana volvió a salir a la Avenida Reforma, para expresar con toda claridad su voz a favor de la Mujer, de la Vida y de la Paz.
Después de diversas ocasiones en que la Sociedad Mexicana, libremente organizada, responde al llamado de un colectivo amplio y plural de organizaciones convocantes, en los que son decenas de miles de personas quienes expresan su apoyo incondicional a la mujer, a la vida y por la paz, parece difícil pensar que todavía se privilegie desde las políticas públicas tanto a nivel local como federal, programas en los que estos tres ejes parecieran no importar a nuestras autoridades, quienes insisten en apoyar exclusivamente programas de contracepción, desinformación sexual a jóvenes y ahora también a niños, legislación proaborto y programas de apoyo bajo el eufemismo de aborto libre, gratuito y seguro, cuando la realidad es que no existe aborto gratuito, toda vez que los subsidios provienen del dinero público, el que pagamos los ciudadanos mediante la recaudación de impuestos, no hay libertad cuando se elige la muerte de un inocente como única salida a un embarazo no deseado, ahí existe una gran presión oculta o manifiesta contra la mujer, y un acto abusivo contra un indefenso, que por lo tanto no puede considerarse como un acto libre, y cuando lo único seguro en un aborto es la muerte por lo menos de una persona, la más desprotegida, y en ocasiones, también la muerte de la madre, si bien las cifras de estos lamentables fallecimientos se inflan en los informes oficiales con la única razón de darle peso al argumento, pues detrás de dichos informes no existe un interés legítimo por las mujeres gestantes ni mucho menos por sus hijos, que no son parte de su cuerpo.
Por todo esto es que volvió a hacerse necesario, y lo seguirá siendo mientras no exista igualdad de trato y de oportunidades, para todas aquellas mujeres que sí quieren y respetan la vida, que sí han buscado tener a sus hijos, o bien aquellas, que por cualquier circunstancia no puedan hacerse cargo de una nueva vida, pero que buscan y merecen otras vías de apoyo y acompañamiento, para evitar que en contra de su voluntad y como puerta falsamente «única», se vean forzadas a recurrir a la traumática experiencia de abortar a sus hijos, sin saber, en muchos de los casos, porque no se les informa, que la cicatriz que deja un aborto en el corazón, es con mucho, pero con mucho, más dolorosa e indeleble que la que deja en el vientre de la madre, porque hay que decirlo, una mujer que aborta, es madre de un hijo al que ha matado.
El número y la presencia de prácticamente todos los sectores de la sociedad, son una muestra clara de que este no es un reclamo ni de una clase social «privilegiada», ni de un determinado sector con intereses ocultos de cualquier naturaleza, es la Sociedad Mexicana en su conjunto, en la marcha hubo también representación de algunas de las entidades federativas, que acudieron a la Ciudad de México, independientemente de que en sus propias localidades hubo también Marchas por la Mujer, por la Vida y por la Paz. Aquí se pone de manifiesto por medio de algunas de las imágenes captadas en el evento en CDMX, que hablan por sí mismas.
Y si bien es cierto que la imagen dice más que mil palabras, no es menos cierto que el video es un recurso más poderoso que la imagen, puesto que añade sonido y movimiento, con lo que nos permite hacernos una idea más clara, en este caso del ambiente que se vivió en los diversos tramos de la Avenida Reforma por los que pasó el numeroso y alegre contingente, siempre con cantos, oraciones, lemas, pero también siempre en orden, sin agredir a nadie, ni maltratar monumentos, una marcha no solamente ciudadana, numerosa, sino que también Cívica en toda la extensión de la palabra, según lo muestra esta secuencia en voz de Alison, una de las mujeres que en los últimos años ha brindado su entusiasta y determinante apoyo, lo cual es un importante testimonio de que la Sociedad es capaz de organizarse de forma ordenada y hacer sus peticiones sin daño y sin violencia.
Y volviendo a lo que te comentaba al principio, en relación con las opciones que hay tanto para las mujeres que no pueden o no quieren tener a su hijo, como también para los matrimonios que no han podido tener hijos, pero no quieren renunciar a la paternidad, existe la opción, benéfica por todas partes, que es la vía de la adopción, forma por demás generosa de acoger como propia la vida que biológicamente ha sido gestada por alguien más, y que será bienvenida en una familia a la que llegará a cambiar positivamente la vida. Veamos también el fragmento de este testimonio.
Y para que veamos que también el camino de las Madres Solteras, que no es nada fácil, no por complicado le dan la espalda a la enorme vocación a la maternidad, escuchemos este otro testimonio, que con toda claridad termina afirmando de forma categórica: ¡Sí a la vida!, ¡Sí a la vida!
No encuentro mejor colofón para terminar esta entrada que el testimonio de esta mujer valiente, que nos dice con toda la convicción que le dan sus ya 10 años de maternidad, de esfuerzo, de esperanza, de tesón, luchando día a día no solamente por una mejor sociedad, sino por hacer de sus hijos, como hacen miles de ellas, formando mejores personas para esta sociedad.
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