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Ha tomado para modelar y para decirnos el tipo de Pontificado que desea, el Papa León XIV a su Predecesor de nombre, el Papa León XIII, quien, con la Encíclica Rerum Novarum, entre otras, marcó el inicio de un largo camino que ha recorrido la Iglesia, en el basto terreno de la Doctrina Social por un lado, y por otro, con gran claridad en cuanto a que el enemigo no descansa, y por eso es bueno recordar también que, a su predecesor debemos la oración a San Miguel Arcángel, que reproduzco a continuación.

Imagen tomada de Pinterest.
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha,
Sé nuestro amparo contra la Perversidad
y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder
Es nuestra humilde súplica.
Y tú, ¡Oh príncipe De la milicia celestial!
Con el poder que Dios te ha conferido,
Arroja al infierno a Satanás
Y a los demás espíritus malignos,
Que vagan por el mundo
Para la perdición de las almas.
Amén.”
A continuación, me permito tomar el fragmento del Salmo 22 en sus versos 23 a 31, que nos propone la Liturgia de las horas en Laudes, para hacer una imaginaria carta de ruta del Pontificado de Su Santidad León XIV, visto su basto perfil y formación, que lo hacen deseable y posible en mi modesta opinión.
«Los que teméis al Señor, alabadle; glorificadle, descendencia toda de Jacob, y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. Sería, por supuesto un canto de alabanza al Señor, haciendo un llamado a la unidad y a la renovación de nuestra fe, alabando y agradeciendo a Dios al principio de su encargo. Para que la Iglesia no se encierre en sí misma, sino que se abra a una comunidad que extiende su mano a los afligidos, pues el Señor no desprecia al que sufre ni esconde su rostro de quien clama a Él.
“Los pobres comerán y serán saciados; alabarán al Señor los que le buscan; vivirá vuestro corazón para siempre. Se acordarán y se volverán al Señor todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de Él.» Dado su espíritu y experiencia como misionero, abrazaría intensamente esta gran tarea de alimentar no solo los cuerpos, sino también las almas, siendo la justicia social y la caridad los pilares de esta acción, para que nadie quede excluido del amor de Dios. Siguiendo el mandato de Jesús, habría que ir a todo rincón del mundo y que nada ni nadie quede fuera de la misericordia divina. Que se construyan puentes entre culturas, un llamado a la fraternidad mundial, donde cada nación, cada pueblo, encuentre en Cristo el camino de la paz.
«Porque del Señor es el reino, y Él regirá las naciones. Vendrán y anunciarán su justicia; a pueblo no nacido aún, anunciarán que Él hizo esto.» Sigamos viviendo en la Esperanza, pero también en la caridad. El reino de Cristo no es de este mundo, sino el reinado del amor y la verdad. Que los poderosos busquen la promoción de los débiles y de su dignidad, que los humildes de corazón sean exaltados, y que esta generación testifique con su vida la grandeza del Señor. Que las generaciones futuras vean en nosotros testigos fieles de la justicia y el amor de Dios y que su amor sea el fundamento de todo lo que hagamos. Amén.

Imagen tomada de Pinterest.
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Un comentario en “León XIV ¡Habemus Papam!”
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