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Hoy la Iglesia celebra el día de Pentecostés, la llegada del Espíritu Santo a los Apóstoles, 50 días después de la Pascua de Resurrección. ¡Qué impresionante es este pasaje!, en el Salmo 118, puesto que, se encuentra en el Antiguo Testamento, pero prefigura de manera increíble lo que este día sucedió. Resuena con un eco profético que encuentra su cumplimiento glorioso en Pentecostés, cuando las puertas de la justicia se abrieron para todos los que recibieron el Espíritu Santo y fueron confirmados como hijos de Dios.

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¡Este es el día que hizo el Señor, el día en que su poder bajó como lenguas de fuego sobre los apóstoles y transformó sus vidas! La piedra que rechazaron los constructores, Jesús, ahora es la piedra angular, y es gracias a Él que recibimos los frutos del Espíritu, entre otros, pues son 12: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, humildad y dominio propio. No son solo valores, sino pruebas vivas de la presencia de Dios en quienes han sido renovados por el fuego del Espíritu.

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Cuando el salmista dice: «El Señor es Dios, y nos ha dado luz», podemos ver reflejado el momento en que la gloria de Dios iluminó el entendimiento de los discípulos, dándoles fuerza y sabiduría, -que son dos de los 7 dones-, para llevar el mensaje a todo el mundo. La misericordia de Dios, eterna y poderosa, se mostró con gran fuerza en Pentecostés, cuando los corazones se volvieron a Él y las naciones comenzaron a escuchar el mensaje de salvación. Los dones del Espíritu Santo son siete y nos ayudan a vivir según la voluntad de Dios, y los frutos del Espíritu Santo son doce y reflejan la acción del Espíritu en nuestra vida. ¡Alabemos al Señor con alegría, porque ha cumplido su promesa y nos ha dado su Espíritu Santo como guía, fortaleza y Esperanza eterna!

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Raúl Salas Torres, voz. Salmo 118, 19-29. Fondo musical: Chorale No. 1, Twin Musicom. https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
Los dones del Espíritu Santo son siete y nos ayudan a vivir según la voluntad de Dios:
- Sabiduría – Nos permite ver las cosas desde la perspectiva de Dios.
- Entendimiento – Nos ayuda a comprender las verdades de la fe.
- Consejo – Nos guía para tomar decisiones correctas según la voluntad divina.
- Fortaleza – Nos da valentía para enfrentar dificultades con fe, resistir y acometer.
- Ciencia – Nos ayuda a discernir lo que es bueno y lo que nos aleja de Dios.
- Piedad – Nos mueve a amar y servir a Dios con devoción.
- Temor de Dios – Nos inspira respeto y reverencia hacia Dios, evitando el pecado, por amor más que por miedo.
Los frutos del Espíritu Santo son doce y reflejan la acción del Espíritu en nuestra vida:
- Caridad – Amor sincero y desinteresado hacia Dios y los demás.
- Gozo – Alegría profunda que proviene de la comunión con Dios.
- Paz – Tranquilidad interior basada en la confianza en Dios.
- Paciencia – Capacidad de soportar dificultades con serenidad y fe.
- Longanimidad – Perseverancia en el bien, incluso en tiempos difíciles.
- Bondad – Deseo genuino de hacer el bien a los demás.
- Benignidad – Actitud amable y generosa en nuestras acciones.
- Mansedumbre – Humildad y suavidad en el trato con los demás.
- Fe – Confianza firme en Dios y en sus promesas.
- Modestia – Actitud discreta y sencilla en nuestra manera de vivir.
- Continencia – Dominio propio sobre los deseos y pasiones.
- Castidad – Pureza en pensamientos, palabras y acciones.

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