La espera como resistencia al vacío.

La espera como resistencia al vacío 

 Esperar es un acto de rebeldía contra la prisa que todo lo quiere ya. En el silencio, el corazón se abre a lo eterno. ¿Te das cuenta de la fuerza de esta frase? ¿Acaso no es también muy parecida a esa secreta ansia que te interpela día con día, a veces con una fuerza que te hace cimbrar, otras tal vez de manera más sutil, pero casi siempre presente?

No te preocupes, es normal, es tan normal, que les ha sucedido a todos los seres humanos a lo largo de la historia. Algunos han pronunciado respuestas tan claras como ésta, atribuida a Agustín de Hipona, a quien tal vez conoces como San Agustín, él dijo simplemente: “Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en ti”.

Como lo decíamos ayer, tú sigues sintiendo el corazón inquieto, es la misma inquietud a la que se refiere este buen amigo Agustín.

San Pablo, el gran apóstol, nos propone una frase parecida a esto, en su carta a los Romanos: “Nos gloriamos incluso en las tribulaciones, porque la tribulación produce paciencia” (Rom 5, 3). ¿Ves cómo la experiencia se repite? No importa cuándo, nos enfrentamos tarde o temprano a las grandes preguntas, las preguntas que, cuando se refieren a los demás, podemos responder con facilidad, pero cuando se refieren a nosotros mismos resulta realmente muy difícil. Pablo nos dice que es justamente en medio de los problemas, de las contrariedades y vicisitudes de la vida, en donde vamos a encontrar y desarrollar la paciencia. ¡Todo lo contrario a lo que nos proclama el mundo actual con sus prisas y sus inmediateces que solo nos llevan a la desesperación, a la frustración y a una constante ansiedad!

Ahora, si me lo permites, quisiera presentarte a otros tres buenos amigos, con los que he estado ‘platicando’, ellos son tres formadores, que en los últimos cien años han ejercido una positiva influencia en muchos jóvenes: Romano Guardini, Luigi Giussani y Julián Carrón, éste último, es contemporáneo tuyo y mío. Más adelante podremos acercarnos más a ellos, por ahora déjame decirte lo que nos proponen, muy a propósito para este lunes de la primera semana del adviento:

Guardini:

«El hombre moderno corre el riesgo de perder no solo la fe o la razón, sino sobre todo el deseo: el gusto por lo infinito, la vibración ante el misterio».Su voz nos recuerda que la espera no es pasividad, sino resistencia contra la banalidad que empobrece el corazón.

Giussani:

«No tengáis miedo de vuestra juventud ni de esos profundos deseos que sentís de felicidad, verdad, belleza y amor duraderos».Aquí la espera se convierte en afirmación del deseo: no reprimirlo, sino dejar que se abra a lo que lo colma.

Carrón:

«El gran peligro de nuestro tiempo es contentarse con la banalidad, renunciar al deseo infinito que nos constituye». Su voz enlaza con Guardini y Giussani: esperar es no resignarse, es mantener vivo el deseo de plenitud.

Sintetizando diremos: No dejar que el corazón se conforme con lo superficial. Solo en lo profundo de nuestro interior seremos capaces de verificar la presencia, el encuentro, no con algo, sino con Alguien y ese alguien es Jesús, que ya se acerca.

• Guardini nos invita a redescubrir el misterio. No los acertijos que la modernidad propone como placebos y verdades líquidas que no tienen consistencia ni capacidad de sostenerse ni de sostenernos en medio de la duda. El misterio del Amor de Dios, que me da mi verdadero tamaño, como criatura, sí, pero amado por Dios.

• Giussani nos anima a confiar en los deseos más profundos de la juventud. La paz, la justicia, el amor verdadero, todo aquello que nos lleva a la plenitud y a la armonía, personal y relacional, si nos atrevemos al ‘encuentro’, quien no se abre al encuentro con lo Absoluto, no puede encontrarse a sí mismo.

• Carrón nos advierte contra la banalidad que apaga la esperanza. Imagínate el inmenso riesgo, perder la esperanza es como perder la razón de vivir, si no esperaríamos nada… Por eso se dice que quien pierde la razón de vivir, ha perdido más que perder la misma vida.

Mañana te espero para continuar con nuestro recorrido de este Adviento.


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raulsalastorres

Ciudadano comprometido con México, nacido en 1955 en la Ciudad de México. Convencido de que una sociedad sólida, educada, formada en valores morales y cívicos es pilar fundamental para garantizar el desarrollo integral del país.

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